PAR ARIEL HERNAN MOHR

BUSQUEDA EN MAX UTOPIA

Revista ADN Cultura

Revista Ñ - Cultura y Arte

lunes, 21 de enero de 2008

RECUERDOS DE DIOS

Ariel Hernán Mohr

Guayaquil - Ecuador


Estaba hablando con Karem (mi novia) y con Darling (su primo) el otro día, sobre un tema que a los tres nos une de manera muy íntima: La iglesia.
Los tres nos encontrábamos en un gran dilema: ¿qué iglesia elegir? Hablábamos de nuestras experiencias lo que habíamos vivido y de los hermosos recuerdos que teníamos de iglesias que nos habían dado tanto, pero que por algún motivo fueron desapareciendo de nuestras vidas. Algunas al punto de desaparecer.
Mis recuerdos son del GUSP (Grupo Universitario San Ponciano), de la ciudad de La Plata, Argentina. Allí encontré un grupo humano que cambió mi concepción de la vida eclesiástica juvenil. El compromiso, la lucha, el respeto, el amor, y el profundo respeto por la obra de Dios que allí se manifestaba era realmente hermoso, único. La espiritualidad que allí se experimentó fue realmente asombrosa: cosas, hechos, vivencias, que demostraban que Dios estaba allí, en medio de su confraternidad espiritual.
Nunca más tuve la oportunidad de vivir eso que Dios me dio de vivir en el GUSP. Karem y Darling me contaban de vivencias parecidas y compartíamos al respecto, con una rara mezcla de alegría y nostalgia por lo vivido. Llegamos a la decisión de realizar una reunión extraordinaria de reencuentro con los chicos que ellos me comentaban. Una gran iniciativa que espero se pueda llevar a cabo.
El tema es que yo creo que Dios nos da la oportunidad de vivir una vez en la vida de estos obsequios espirituales, y que el tiempo y nuestras vivencias nos van moldeando de tal manera que aquellos que conocíamos, a veces (o la mayoría de las veces) ya no son quienes conocíamos. Han cambiado. Así como algunas iglesias cambiaron, otras desaparecieron, lo mismo sucede con las realidades espirituales de cada uno: algunos han cambiado su base espiritual, y en otros ya ni siquiera está.
Pero así como Dios nos dio de vivir un cierto anticipo de la vida celestial, en algún momento de nuestras vidas, así también se encarga de mostrarnos que vivimos acá, en la tierra, y que la vida continúa, y que el mundo ha cambiado, los tiempos han cambiado, nosotros hemos cambiado, y que las personas cambian.
Ahora me doy cuenta de que las iglesias perfectas para uno no existen; solamente existe la posibilidad de ayudar forjar una mejor iglesia.
Muchos se quedan en la melancolía, viviendo de recuerdos bellos y hermosos, y así peregrinarán de iglesia en iglesia, de espiritualidad en espiritualidad, sin encontrar su verdadero lugar. Esperarán encontrarse con su nostalgia y sus recuerdos y se olvidarán de vivir y realizar lo que Dios tiene para ellos, lo que Dios quiere para ellos; olvidándose de quiénes son en realidad.
El mundo se encuentra sumergido en una gran falta de identidad espiritual, llevados por fanatismos y posiciones extremas en algunos casos, por desidia y comodidad en otros. Es así que el mundo de hoy, más que nunca, vive inmerso en el extremismo religioso. No de posiciones, sino de actitudes.
Yo creo que cada uno debe de vivir al máximo las oportunidades que Dios nos da para realizar lo que Él espera de nosotros. No se trata de hacer, se trata de vivir. El compromiso a vivir una vida espiritual nos llevará a ser mejores sujetos sociales, mejores personas, mejores hombres de Dios. Ya no se trata de en qué Iglesia estés, sino de quién eres en realidad. Solamente indagando en tu corazón, en tu entendimiento, conociéndote mejor en tu relación con Dios, podrás hallar tu verdadero lugar en el mundo de la espiritualidad humana.

Te dejo ésta cita extraída de la Biblia para que medites en ella sabiendo que la Casa de Dios es lo que algunos llamamos Iglesia, y que nosotros, cada uno somos, en alguna medida, Iglesia.

1:4 ¿Es acaso para vosotros el momento de habitar en vuestras
casas artesonadas, mientras esta Casa está en ruinas?
1:5 Ahora pues, así dice Yahvéh Sebaot: Aplicad vuestro corazón a
vuestros caminos. (meditad bien sobre vuestros caminos)
1:6 Habéis sembrado mucho, pero cosecha poca; habéis comido, pero
sin quitar el hambre; habéis bebido, pero sin quitar la sed;
os habéis vestido, mas sin calentaros, y el jornalero ha
metido su jornal en bolsa rota.
1:7 Así dice Yahvéh Sebaot: Aplicad vuestro corazón a vuestros
caminos. (meditad sobre vuestros caminos)
1:8 Subid a la montaña, traed madera, reedificad la Casa, y yo la
aceptaré gustoso y me sentiré honrado, dice Yahvéh.
1:9 Esperabais mucho, y bien poco es lo que hay. Y lo que
metisteis en casa lo aventé yo. ¿Por qué? - oráculo de Yahvéh
Sebaot - porque mi Casa está en ruinas, mientras que vosotros
vais aprisa cada uno a vuestra casa.
Hageo 1:4-9,

Y más adelante agrega:

2:18 Aplicad, pues, vuestro corazón (meditad, pues, en vuestro corazón),
desde este día en adelante,
desde el día veinticuatro del noveno mes, día en que se
echaron los cimientos al Templo de Yahvéh, aplicad vuestro
corazón (meditad, pues, en vuestro corazón):
2:19 ¿hay ahora grano en el granero? Pues si ni la vid ni la
higuera ni el granado ni el olivo producían fruto, desde este
día yo daré bendición.
Hageo 2:18-19


Si quieres tener una visión un tanto más espiritual, lo que aquí se denomina como Casa de Dios, puedes referirla a nuestro espíritu, quién es el que dialoga con el Espíritu Santo de Dios, o con el alma, residencia del Espíritu Santo de Dios en nosotros.
En una interpretación más textual e histórica, lo que denomina como Casa de Dios es el Templo de Dios en Israel.

Pero, como diría Pablo:

3:16 ¿Ignoráis acaso que sois templo de Dios y morada del espíritu divino?
3:17 Si destruís el templo de Dios, Dios mismo os destruirá a vosotros; no en
vano el templo de Dios es algo santo, y vosotros mismos sois ese templo.
1era Corintios 3:16-17

6:19 ¿No sabéis, en fin, que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que
habéis recibido de Dios y habita en vosotros? Ya no sois los dueños de
vosotros mismos.
1era Corintios 6:19


Dios les bendiga...

EL VASO A MEDIO LLENAR

El vaso a medio llenar

Ariel Hernán Mohr
Guayaquil – Ecuador

Quiero escribir algo sobre lo que creo todos alguna vez hemos pasado: La sensación de vacío.
Hoy me siento mal, me siento indescriptiblemente mal, ya que no sé bien si es emocional, espiritual o vivencial lo que me sucede.
Creo que ése vacío existencial que arremete sobre nuestras conciencias, en la sociedad actual, puede deberse a múltiples factores. Lo que con seguridad podemos afirmar es que precisamente la multiplicidad de sus factores es lo que nos desorienta, nos hace sentir inseguros.
Los seres humanos somos seres complejos que vivimos en una complejidad total que nos envuelve.
En parte somos seres espirituales y en parte seres físicos. En realidad es complejo describirnos como seres humanos ya que nuestra espiritualidad es difícil de demostrar, mas no así nuestra corporeidad, lo que ha dividido a la humanidad entre físicos y espirituales. Nuestra espiritualidad se torna misteriosa ya que es sencilla y nosotros somos seres complejos. Y es precisamente ésta búsqueda de la espiritualidad que nos obliga a preguntarnos por la verdad.
La verdad, cómo principio metafísico, es absoluta. No hay nada más evidente que lo verdadero, pero a la vez, nada más incomprensible que la verdad. Es por eso que verdad y espiritualidad van de la mano. Así, cuando uno se siente mal espiritualmente se encuentra desorbitado, perdido: es porque ha perdido su indicador de lo verdadero. Las emociones como la tristeza, la soledad y la incertidumbre, son indicadores que nos dicen que hemos perdido nuestro norte.
En espiritualidad decimos que Dios es la suma verdad, es lo sumamente verdadero, por eso explicamos a la búsqueda de la verdad cómo la búsqueda de Dios.
Nuestra búsqueda de la verdad indefectiblemente nos tiene que guiar hacia Dios; ésa es nuestra búsqueda espiritual es lo que nos completa, es lo que nos hace sentir plenos. En la medida que nos alejemos de Dios, que nos alejemos de la fuente de nuestra espiritualidad, es que vamos sentirnos desorientados sobre nuestra verdad.
Es por eso que gran parte de aquellos seres que niegan su espiritualidad, quienes cimientan su vida en otra verdad que no es Dios, se sienten perturbados, como desorientados en cuanto a su finalidad, en cuanto a su búsqueda de la verdad.
Cuando te sientas así, como triste, desorientado, como vacío, de seguro ha de ser porque te has olvidado de lo que es verdadero en realidad.
La búsqueda de la verdad en Dios es lo que te garantiza que hallarás lo que llene ése vacío.
Ahora sí, recordando mis prioridades, me doy cuenta lo que realmente vale la pena.
No lo olvides: “El principio de la sabiduría es el temor de Dios”; y nadie es sabio sino busca la verdad.
Busca la verdad para vivir una vida sabia.

APRENDIENDO A CONOCER

Aprendiendo a conocer

Estoy sólo en mi casa. El televisor prendido con una película de Jackie Chan y yo sentado tratando de describir una tarde de mi vida en Guayaquil.
Guayaquil, ciudad hermosa, cosmopolita, de encuentro cultural y étnico. Como toda ciudad grande posee sus encantos y sus miserias, pero en la que lo que realmente importa es su gente.
Hay ciudades que son hermosas desde el punto de vista arquitectónico; otras que lo son desde el punto de vista cultural, y otras que lo son por motivos afectivos. Ésta última es “mi” Guayaquil.
Para conocer a Guayaquil, para entenderla, hay que vivirla.
Así sucede con las personas.
La vida nos pone personas en nuestras vidas, y nosotros nos encargamos de conocerlas, de vivirlas.
Anteriormente les hablaba del tan en boga “Misterio de comunicar”; ahora les voy a hablar sobre la Aventura de aprender a conocer.
Hasta hace poco daba clases en un colegio-escuela que poseía serias limitaciones en los criterios de enseñanza y adolecía de falta de decisiones en cuanto al actuar de sus alumnos. El reto era dar clases de francés en cursos que se encontraban seriamente desmotivados en cuanto al aprendizaje. Todo un reto. Comencé desorientado, debo admitirlo, pero luego, de a poco, todo fue cambiando. Desorientado porque no encontraba las herramientas para entusiasmarlos con algo tan bello para mí como es el idioma francés. Al principio comencé con los saludos (lo básico), y luego proseguí con las formas básicas de preguntar y responder. El tema es que en lo que es hipotético y teórico estaba todo bien, pero no lograba motivarlos. Así fueron pasando las clases hasta que encontré un software que me permitía poner subtítulos a videos. Ése fue un quiebre en las clases de francés. A partir de ése momento, para algunos se despertó un amor, una fiebre del idioma francés, ya que podían ver y expresar lo que en teoría se les daba. El entusiasmo por cantar al son de los video clips, con músicos franceses, cantantes franceses, en lengua francesa, les fue llevando, poco a poco, a un entusiasmo por ver nuevos videos, por cantar en francés, por aprender a pronunciar bien, por adquirir nuevos conocimientos que la respuesta ante el estímulo de algunos me dejó atónito. Chicos y chicas que en su vida habían pronunciado o tenían idea de francés, ahora estaban cantando y pronunciando de tal modo que parecía que lo hubieran hecho de toda la vida. La mayor revelación fue María José (Majito para sus compañeros), excelente voz y extraordinaria manera de adaptarse a una lengua extrajera.
No se dan una idea de la alegría que eso representa para un profesor. Sobre todo de una lengua extranjera no tradicional.
Es así que me di cuenta de que lo que siempre predicaba, sobre la enseñanza de Cultura y lengua francesa, estaba en lo cierto: Se necesita conocer para aprender. Los chicos eran indiferentes, al inicio, porque en realidad no les estaba dando la oportunidad de “conocer” la lengua francesa, sino que simplemente les estaba informando sobre ella. Mi teoría del actual homo videns se vio respaldada por esta evidencia irrefutable.
Mi relación con los chicos cambió, ya que ahora los chicos se identificaban más con la materia, y poco a poco se fue desarrollando una relación de mutua comprensión entre alumno y profesor. Aprendimos a conocernos.
Sin darnos cuenta, nos dimos la oportunidad de aprender a conocernos, de identificarnos con alguien a través de un vínculo. En éste caso el idioma francés.
Hoy en día, me encanta Guayaquil como ciudad, aunque al principio estuviera desorientado, ya que empecé a identificarme con ella a través de un vínculo: su gente.
Yo era muy crítico de Guayaquil; ahora soy comprensivo. Antes me mantenía ajeno; ahora me involucro. Yo también quiero ser parte de éste Guayaquil, quiero aportar para embellecerlo y mejorarlo. Es un reto para un extranjero, pero de a poco se lo puede lograr. Es la única forma de conocer algo o a alguien.
Cuando nos atrevamos a vivir lo que vive la otra persona, cuando nuestro corazón y entendimiento comienzan a sentir lo que siente la otra persona; es allí que comenzaremos a conocerla. La base del prejuicio es la falta de compromiso en conocer lo que es ajeno. Cuanto más comprometidos estemos a conocer, tanto mayor será la comprensión de la realidad. Tanto la historia como la realidad no se las critican, se las comprende.
Pero ése es otro tema que más adelante me gustaría tocar: La crítica historicista.
Sin más, solamente quiero darles las gracias a mis ex-alumnos, por la oportunidad que me dieron de formar parte de sus vidas, y espero no haberlos defraudado.

lunes, 14 de enero de 2008


El misterio de comunicar

Ariel Hernán Mohr
Guayaquil - Ecuador

El ser humano posee uno de los más grandes dones que Dios puede haber puesto en la naturaleza: La comunicación.
La comunicación y la posibilidad de comunicar es, actualmente, la base de nuestra sociedad; el hombre ha pasado de ser un simple Homo Sapiens a ser un sofisticado Homo videns. De ese pasado venturoso en el que la principal característica era el pensar para subsistir, nos hemos trasladado al presente mirar, observar y comunicar para vivir.
El tema, en la actualidad, es qué comunicamos.
Existen varios tipos de comunicación, varias formas de comunicación y varios medios de comunicación; pero existe tan sólo un acto de comunicación.
El rol de la comunicación se encuentra bastardeado por pseudos-periodistas, con aires de comunicadores sociales: opinólogos omnisapientes que se encargan de erigir y derrumbar personajes, de exaltar y criticar vidas, con la solemnidad sacerdotal que otorga el medio comunicativo. El pseudo-comunicador social viene revestido con la autoridad que le otorga el medio comunicativo, y su poder radica en la capacidad de criticar sin ser criticados. El periodista se encuentra en el paraíso de la comunicación, ya que su “comunicación” no consiste en otra cosa que en trasladar la información de los hechos acontecidos. No es un diálogo, no es una discusión con derecho a réplica o a defensa, no es siquiera un acto justo. Es simplemente la dictadura de la opinión a la que se someten los sistemas bajo el pretexto del derecho a la información. El tema es que la verdadera crítica va respaldada por un análisis pormenorizado de la información.
En síntesis: El Homo videns actual, éste hombre interactivo que hace de la comunicación y la información su principal bastión de vida y de desarrollo, halla su mayor exponente en el periodista y en los pseudos-periodistas. No tengo nada contra los periodistas ya que su labor de informar, en la sociedad actual, es necesaria e imprescindible para su desarrollo; pero sí debo cuestionar su parcialismo a favor de las necesidades ideológicas y no a las necesidades sociales.
En Ecuador me encuentro con canales que emiten programas sobre yoga, ovnis, tantra, esoterismo y misticismo; y la pregunta que me surge es la siguiente: ¿Es lo que necesita la sociedad? ¿Ése es el tipo de información que debemos comunicar? ¿Acaso no hundimos y sometemos a la inteligencia humana en una maraña de opiniones e ideas que no hace más que perturbarla y confundirla? En otros, los informativos revelan contenidos parciales, información poco confiable camuflada bajo el manto de “evidencia”, de “noticia”. Con un Gobierno que hace uso desmedido de los medios informativos a través de la generación de “noticias”, que crea su propio canal para expresar de manera dictatorial “su” política, y que no hace más que cuestionar, algunas veces con fundamentos pero con tan poco tino en su manera que se lo puede considerar grosero y maleducado, el proceder de los medios comunicativos.
Esperemos que no tengamos que llegar al punto de encontrarnos con un hecho como el del Rey Juan Carlos de España que, de manera firme, tuvo que salir a decirle a un Chávez que se “calle la boca”, ya que no dejaba de interrumpir, de manera muy grosera y poco educada, a un Zapatero que estaba a la palabra. Un golpe muy duro para un hombre como Chávez que acostumbra hablar y hablar sin ton ni son, sin saber qué decir y a quien todavía, cuando termina de hablar, le aplauden; sea cual sea la barbaridad que diga. Hasta sus insultos.
El verdadero misterio es que qué sucede cuando no hay hechos que informar o comunicar. ¿Hacemos lo de Chávez (bla... bla... bla...), o simplemente abrir la boca cuando es necesario y oportuno, como en el caso del Rey Juan Carlos de España?
Espero que los periodistas ecuatorianos y los gobernadores de turno comiencen a modificar su forma interpretativa de la comunicación y las noticias.

miércoles, 9 de enero de 2008

Aca vamos...



Esta es mi aventura bloggística y quisiera compartirla con ustedes...
ASÍ COMIENZA...

Ciencia & Salud

Tecnología

Informática 2.0

Paris

Paris Mirage Europeen

From: Raissa_ro, 1 week ago





SlideShare Link

NATIONAL GEOGRAPHIC 1

national geographic 2

From: guestaa48e8, 3 days ago





SlideShare Link